Se trata de un fenómeno que se da en las zonas polares o en los territorios más al norte del planeta y se produce al chocar partículas solares en la atmósfera terrestre.
El resultado es un cielo teñido de psicodélicos colores que van oscilando y cambiando con el tiempo. Canadá es uno de los mejores lugares del mundo para vivir esta maravilla de la naturaleza. Los meses más recomendables para ver auroras boreales son de octubre a marzo ya que hay más horas de oscuridad, un requisito imprescindible para contemplar este fenómeno. Las demarcaciones más al norte como Yukón o los Territorios del Noroeste, en concreto su capital, Yellowknife, son de las zonas más demandadas por los viajeros que tienen este objetivo. Encontraremos numerosas excursiones, tours organizados, incluso hoteles especializados en la observación de las auroras. Otra de las regiones más populares para tal fin es la de las Montañas Rocosas. En los parques nacionales de Banff y Jasper, el visitante encontrará además un entorno muy fotogénico para la contemplación. El claro cielo nocturno junto a las escarpadas montañas y las formidables siluetas de los abetos reflejadas en los lagos en calma, son un escenario inigualable para disfrutar de este fenómeno sin par.
