Circuitos y viajes Lombardía

Al norte de Italia, justo en la frontera con Suiza, y entre el Piamonte y el Véneto, se encuentra la región de la Lombardía, una tierra próspera y de gran belleza natural que, desde tiempos inmemoriales, ha estado poblada por aventureros, banqueros, artistas e inventores. Algunos de los personajes más ilustres de la historia de Italia eran lombardos: Caravaggio, Alessandro Volta, Antonio Stradivari, Darío Fo…
Milán es la capital de la región y, con diferencia, su ciudad más poblada. Epicentro de la moda europea y cuna de las grandes tendencias, Milán puede presumir de un patrimonio histórico y cultural más que notable. La Iglesia de Santa María delle Grazie, el Castillo Sforzesco, la Catedral de Santa María Nascente, la Galería Víctor Manuel II y, por supuesto, el celebérrimo Teatro de la Scala, son algunos de sus lugares más emblemáticos.
Otras ciudades lombardas que bien merecen una visita son Mantua, cuyo centro histórico está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; Brescia, con su Monasterio de San Salvador; Cremona, cuna de Antonio Stradivari; Pavía, conocida como la “ciudad de las 100 torres”; Bérgamo, donde se encuentra la importantísima pinacoteca de la Academia Carrara; Lodi, con su incomparable encanto medieval, o Monza, sede del famoso circuito de velocidad, ubicado en un precioso parque natural.
Los Alpes, que se yergen majestuosos unos pocos kilómetros al norte de Milán, son otro de los atractivos de la Lombardía. Miles y miles de aficionados a los deportes de invierno se acercan por allí todos los años para disfrutar de lo lindo en cualquiera de las magníficas estaciones de esquí lombardas. Los Sacri Monti, por su parte, albergan un gran número de iglesias y capillas de un valor histórico y arquitectónico sin comparación, mientras que en el Valle de la Valcamonica se pueden admirar muchas pinturas e incisiones rupestres realizadas hace miles de años.
Sin duda, los lagos de la Lombardía son uno de los mayores focos de visitantes de todo el norte de Italia. Y no es para menos, ya que tanto las masas de agua en sí mismas como los bellos paisajes que las rodean y las preciosas localidad que se encuentran en sus orillas constituyen el marco perfecto para un viaje inolvidable. El Lago di Garda, el Lago Maggiore o el famoso y exclusivo Lago di Como son puntos clave que no deberían quedarse en el tintero.