Día 1: España – Edimburgo. Volando hacia la capital de los festivales.
Hoy nos levantamos con la emoción de saber que, en unas pocas horas, estaremos, por fin, en la fascinante ciudad de Edimburgo, capital de una de las regiones más atractivas e impresionantes del continente europeo. Así pues, en cuanto demos un último repaso para no olvidarnos nada, saldremos hacia el aeropuerto. Tenemos que estar allí por lo menos un par de horas antes de la hora prevista para la salida de nuestro vuelo. Cuando terminemos con todas las formalidades requeridas, embarcaremos en el avión que nos trasladará a un mundo de panoramas permanentemente verdes y de mágicas ciudades de calles estrechas con casas de fachadas siempre mojadas por la lluvia. Volaremos, directamente, a Edimburgo, la capital y, tras Glasgow, la mayor ciudad de la región. Cuando pisemos tierra escocesa, nos estarán esperando para acompañarnos a nuestro hotel. Una vez hecho el registro y dejado nuestras cosas en la habitación, ya no tendremos más obligaciones y podremos movernos por y cómo queramos hasta el momento de volver al hotel para cenar y descansar.
Existe, para los más impacientes, la posibilidad de contratar una actividad opcional: “Edimburgo inédito”, que nos desvelará algunas cosas que esconde la capital. Empezaremos visitando la Dean Village, una preciosa zona en el centro de Edimburgo, junto al río Water of Leith, con calles plagadas de bellos rincones, puentes y casas que nos recordarán a pequeños palacios. Todo esto, unido a la vegetación que abunda en las orillas del río, nos dará la impresión de estar dentro de un cuento. Hace muchos años, esta zona fue una simple aldea independiente, pero que acabó uniéndose a Edimburgo. A continuación, iremos a Fettes College, una famosa escuela situada en un imponente edificio del siglo XIX, de piedra y torres. Al verlo, tendremos la impresión de estar, no ante un internado, sino ante un verdadero castillo.
Terminaremos nuestro recorrido por la ciudad en el Puerto de Leith, un lugar algo distinto. Hasta el siglo XX, Leith estuvo separada de Edimburgo y cantidad de habitantes estaban en contra de la anexión. El río Water of Leith pasa por la zona antes de llegar a su desembocadura en el fiordo. En un principio, Leith era un lugar humilde, pero, en la actualidad, es un lugar con mucha vida, en donde abundan los restaurantes y los comercios. Nos sorprenderá la vista de las viviendas que se reflejan en el río. Antes de volver al hotel a cenar y pasar la noche, tomaremos algo en uno de los característicos bares de la zona.