Día 1: Castilla y León – Palermo – Cefalú. Palermo. Rumbo a Sicilia
Salimos de casa con unas ganas tremendas de llegar a nuestro destino. Sicilia será el enclave en el que pasaremos los próximos siete días. Esta hermosa isla de Italia nos regalará momentos inolvidables ya sea por los maravillosos paisajes que podremos contemplar o por la riqueza arquitectónica que inunda este emplazamiento.
Estamos en el aeropuerto dos horas antes del vuelo, ya que así evitaremos cualquier contratiempo que nos pueda surgir a la hora de realizar los trámites burocráticos. Una vez que el avión despegue, podemos acomodarnos y repasar la guía turística que tenemos de nuestro destino.
Aterrizaremos en Palermo, pero inmediatamente nos subiremos al vehículo que nos llevará hasta Cefalú, antigua ciudad situada en la costa siciliana septentrional. El paisaje de pequeño pueblo pesquero con largas playas de arena dorada será un auténtico regalo para la vista.
Esta localidad también es conocida como la Ciudadela Normanda, por los vestigios que aún conserva de la dominación normanda. Tendremos tiempo libre para explorar este precioso enclave a nuestro aire. Una buena opción es pasear por su costa, donde todavía a día de hoy se conservan murallas defensivas del período helenístico-romano.
A través del Corso Ruggero, calle principal del casco antiguo, llegaremos a la Catedral Normanda, el monumento más significativo de la ciudad. Este imponente edificio religioso data del siglo XII, en concreto del año 1131, y se dice que fue el Rey Rogelio II quien la mandó a construir después de que desembarcar milagrosamente en el puerto de Cefalú un día de tormenta. Dos enormes torres confieren a esta iglesia un aire más de fortaleza que de templo religioso.
Su interior en forma de cruz cuenta con un gran mosaico de Jesucristo de estilo normando–bizantino que parece dar la bienvenida a todos los fieles y curiosos que se adentran en ella. El Lavatoio Medievale es otro de los atractivos de esta ciudad y nada más entrar tendremos la sensación de haber retrocedido en el tiempo, y nos resultará fácil imaginarnos a las mujeres que se desplazaban a este punto para lavar la ropa.
Tras conocer este bello emplazamiento de la costa siciliana pondremos rumbo a Palermo. El camino nos permitirá empezar a tomarle el pulso a la capital de esta región. Su historia milenaria le ha dotado un considerable patrimonio artístico y arquitectónico que seduce desde el primer momento. Sus calles estrechas deparan muchísimas sorpresas en cada esquina y nosotros tendremos la oportunidad de descubrirlas. Hoy dormiremos en esta joya cubierta de historia.