Día 4: Región de los Fiordos – Sognefjord – Bergen. Fiordos y naturaleza
RÉGIMEN
Desayuno. Almuerzo. Cena
Transporte
Autocar, minibús o vanFerry
Visitas
Subida en funicular a la colina Floyfjellet
Panorámica de Bergen
Pese a llevar ya unos días de viaje recorriendo el exuberante paisaje noruego y visitando los fiordos más importantes, cada nueva jornada nos sorprende con algo mejor. Y hoy es el turno del imponente Sognefjord, el más largo del país y el segundo más extenso del mundo. Con sus 204 kilómetros, sus paredes verticales dan testimonio del paso de una antigua lengua glaciar y, además, cuenta en su nacimiento con el glaciar Jostedal, el más largo de la Europa Continental. También es conocido como el Fiordo de los Sueños y lo conoceremos a través de un paseo en barco.
Desembarcaremos y proseguiremos el camino, atravesando el Valle de Voss hasta alcanzar Bergen. Fundada hace más de 900 años y rodeada por siete montañas, Bergen es una hermosa ciudad y una de las principales sedes de la Liga Hanseática, y fue durante cientos de años un próspero centro de comercio entre Noruega y el resto de Europa. Hoy nos recibe para mostrarnos lo mejor de su patrimonio, su cultura y la hospitalidad de sus habitantes.
Empecemos con un recorrido por Bryggen, el barrio más conocido de Bergen, una zona medieval que fue declarada Patrimonio de la Humanidad. El Museo Hanseático es uno de los imprescindibles si visitamos esta ciudad. Se trata del edificio más antiguo de todos los que se alzan en el muelle donde se recrea con todo lujo de detalles la vida de los hanseáticos de la época. Muy cerca se halla el Schotstuene, el lugar de reunión de los hanseáticos, donde podemos recorrer sus salones.
Otros edificios destacados de la ciudad, como la Torre Rosenkrantz o la Domkirken, también están en esta zona, así como el Mercado de Pescado, en el que podemos encontrar el famoso salón salvaje de Noruega y el cangrejo real, además de otros productos típicos de la zona, como fresas o manzanas cultivadas en los fiordos, pasando por embutidos de reno, alce o ballena.
Y para disfrutar de las mejores vistas de la ciudad, podremos subir hasta el Monte Floyen, a una altitud de 320 metros, en funicular. La vista, tanto de la ciudad como de los fiordos, desde allí es, sin duda, espectacular.