Día 5: De Barranco Camp (3.901 m) a Barafu Camp (4.673 m). Una ladera que enamora
RÉGIMEN
Desayuno. Comida. Cena.
¡Buenos días! Tú querías escalar, ¿verdad? Pues este, día quinto de tu viaje, es tu día. Vas a escalar The Barranco Wall, una pared de 257 metros de roca, que se formó como resultado de una erupción hace miles de años.
Dejamos el campamento temprano y, tras un ligero descenso, cruzamos un arrollo glacial, que va a ser nuestro último punto de agua en las próximas 36 horas. Llegas a la base de la pared, con el gusanillo en el estómago… Si has leído testimonios de esta jornada en Internet, te habrás encontrado con más de un lamento.
Todo depende del cristal con que se mire. En cualquier caso, este es uno de los momentos más emocionantes para los amantes de la escalada. Por supuesto, prepárate para usar manos (y guantes, pues puede que la roca esté muy fría).
El primer techo sería casi pan comido, si no fuera porque está cubierto de rocas sueltas. Algunos tramos son escarpados. Algunos, estrechos. Por eso conviene que estés atento a los guías y porteadores, y que pises donde ellos van pisando. Hacia mitad de la pared, aproximadamente, verás amanecer. Una luz anaranjada baña el valle. Ante esta belleza, no cabe acostumbrarse.
Verás que también los expertos porteadores contemplan extasiados. Sigue la escalada, y te darás cuenta de que estás a punto de llegar porque oyes los gritos de alegría de otro grupo, que ya lo ha conseguido. Delante de ti, se extiende el Valle de Karanga. Tu meta de hoy es Barafu Camp, "donde toda incomodidad tiene su asiento", diría Cervantes. Pero, ¿qué más te da? Aquí lo único importante es conciliar el sueño lo antes posible. Pues mañana es… el gran día.