
Jordania: Jordania imprescindible y Jerusalén
El contraste de lo moderno y lo antiguo
Conoce el viajeJordania: Jordania imprescindible y Jerusalén
- Duración
- 8 días
- Tipo de circuito
- Circuito


La oferta que aportan Jordania y Jerusalén es muy variada. Descubriremos la historia más antigua de sus antepasados, además de parajes naturales y vistas panorámicas espectaculares. Estos lugares se caracterizan por su combinación de modernidad y antigüedad, todo un regalo para la vista. La historia que esconde la ciudad de Petra se remonta al siglo VII a.C. El famoso mar Muerto es otro de los espectáculos paisajísticos que no podemos dejar de ver. Al cruzar la frontera y llegar a Jerusalén, capital de Israel, seremos testigos de las tradiciones más arraigadas de sus lugareños, así como de la religión que practican. Dos territorios que nos sorprenderán a cada paso. ¿Preparados?
Una ruta de ensueño
La aventura por Oriente Medio comienza en Ammán, capital de Jordania. Se trata de una preciosa ciudad llena de contrastes que nos regalará experiencias inolvidables. Continuaremos conociendo la historia de este territorio en enclaves tan asombrosos como Ajlun y su magnífico castillo, Jerash. También visitaremos uno de los puntos terrestres más bajos del planeta. Se trata del impresionante mar Muerto, un enclave en el que tendremos tiempo libre para poder bañarnos en el lago y embadurnarnos en el barro. Antes de cambiarnos de frontera visitaremos la bella ciudad de Petra y realizaremos un tour en un vehículo 4x4 en el desierto de Wadi Rum. Tras conocer los puntos más significativos de Jordania cruzaremos la frontera para visitar Israel y sus mayores tesoros. Uno de ellos es su capital, Jerusalén, una urbe llena de vida en la que disfrutaremos recorriendo sus calles y sumergiéndonos en su interesante historia.
Emociones nuevas en tu viaje
Darnos un baño en el Mar Muerto es una de las experiencias obligatorias si visitamos Jordania. Sería imperdonable no aprovechar nuestro viaje para chapotear en el que, posiblemente, es el mar más especial del mundo.
En primer lugar, es el punto que está más abajo en la tierra, ya que se encuentra a 400 metros por debajo del nivel del mar. Sus aguas de intenso color azul tienen un nivel de salinidad tan alto que impiden casi cualquier tipo de vida en su interior… y tampoco te permitirán hundirte. Podremos leer el periódico tranquilamente porque el agua nos empujará hacia arriba. Eso sí, mejor que nos llevemos calzado –porque el suelo está formado por pequeñas montañas de sal afiladas-, que nos bañemos en un lugar controlado –porque puede ser peligroso aventurarnos en otros lugares, ya que hay remolinos- y que nos duchemos después, porque la cantidad de sal que nos quedará adherida a la piel será enorme. Para completar la experiencia, nada mejor que untarse de lodo negro durante unos minutos y darse un baño en una piscina de aguas sulfurosas, lo que nos permitirá acabar con la piel como un bebé. Y si queremos ir un poco más allá, los hoteles y balnearios de la zona nos ofrecerán tratamientos de todo tipo.

La extrema salinidad del Mar Muerto se debe a que no tiene salida al mar y a que el extremo calor en verano evapora el agua más rápidamente de lo que se renueva. Además, no hay que olvidar que el mar mengua a una velocidad de vértigo por el riego intensivo en el Valle del Jordán.
Wadi Rum nunca decepciona. Vayamos a la hora que vayamos, disfrutaremos de sus descarnados paisajes y de las obras de arte que la naturaleza ha labrado a lo largo de los siglos. Sin embargo, si hay dos momentos especialmente mágicos para visitarlo son el amanecer y el atardecer –y además son los momentos de temperatura más agradable, algo importante en un clima desértico de mucho calor de día y mucho frío de noche-.
El mejor mirador dependerá de la época del año –de hecho, hay varios repartidos por todo el desierto-. Uno de los que nunca defrauda es el de Umm Sabatah. La elección también depende del tiempo del que dispongamos para ver el desierto. Hay que tener en cuenta que la extensión de Wadi Rum es enorme y, aunque vayamos en un vehículo todoterreno con guía local y no en camello como Lawrence de Arabia, se tarda tiempo en ir de un sitio a otro.

La administración del desierto la comparten entre el gobierno jordano y los beduinos locales, que llevan siglos recorriendo la zona.
Si podemos elegir, lo mejor es visitar el Wadi Rum a principios de la primavera (marzo y abril) o a finales de otoño (octubre y noviembre) para evitar el calor sofocante del verano y el terrible frío del invierno.
Cuando lleguemos a Petra, nos quedaremos embelesados al instante con su espectacular belleza. Este maravilloso enclave antiguamente fue una ciudad, reino nabateo, y está construida con piedra esculpida y excavada. ¡Es alucinante! Este lugar, que estuvo abandonado durante aproximadamente 2000 años, desprende una hermosura arquitectónica que nos dejará anonadados, pero también nos fascinará su historia, ya que en antaño sirvió como lugar defensivo y punto comercial. En este punto de Jordania veremos además un gran número de tumbas nabateas (aproximadamente unas 500), y la más destacada es el imponente Tesoro de Petra. Una de las curiosidades que llamará nuestra atención es que dispone de un suministro de agua, el cual ayudó a que la localidad se desarrollara sin ningún problema.

Este maravilloso emplazamiento, considerado una de las Siete Maravillas del Mundo desde el año 2007, también ha sido escenario de películas afamadas. Ejemplo de ellos es la de “Indiana Jones y la última cruzada”. Los viajeros que no la hayan visto se recomiendo que visualicen este film antes de conocer este lugar histórico, ya que al pisar este territorio se sentirán como Harrison Ford en una película de aventuras.
El Anfiteatro Romano, como la gran mayoría de monumentos arquitectónicos antiguos, ha sido reconstruidos y restaurado. Esta fascinante edificación se encuentra al lado de una colina y su capacidad es de seis mil personas. Se cree que el anfiteatro fue construido en el siglo II y que tenía un su interior la estatua de Atenea, que ahora descansa en el museo arqueológico Nacional. Lo único malo es que cuando lo restauraron no usaron los mismos materiales con lo que estaba construido originalmente, por aún así deslumbra a todo aquél curioso que lo visita y quiere conocer más de cerca esta bella construcción llena de historia.

Este punto tan popular de Jordania es muy popular entre los turistas que viajan a este país. Por eso, no es de extrañar que sea tan concurrido y que siempre haya gente. Lo mejor que podemos hacer es ir por la mañana, ya que la luz que envuelve este bello emplazamiento jordano desprende una especie de mágica única que provoca que sea aún más bello. Las fotos que sacaremos de este enclave serán dignas de enmarcar.
Este era un alojamiento real residencial, hogar del gobernador. No obstante, en el año 749 d.C, este hermoso edificio se derrumbó a causa de un terremoto. Lo único que se ha mantenido en pie y que vale muchísimo la pena ver es el gran salón de audiencias, con forma de cruz. Otros de los objetos que podremos ver son la cisterna con su escalera hasta llegar al final y la columna se puso para medir el nivel del mar. Además, otra espectacularidad arquitectónica que sigue en pie es la Basílica Bizantina, un maravilloso recinto que data del siglo VI, y donde todavía se pueden ver espectaculares sus mosaicos.

Esta visita nos va dejar huella. La excursión empieza por la gran puerta en forma de cruz que se encuentra en la entrada, la cual nos conduce hasta un pequeño patio y una coqueta calle con columnas. Si seguimos este camino veremos edificios muy antiguos en ruinas a ambos lados de la vía. ¿Tenéis la cámara fotográfica a mano? Seguro que querremos captura la hermosura de este bello emplazamiento.
¿Preparados para viajar en el tiempo? Aunque parezca imposible, en Jerusalén vamos a tener el privilegio de sentirnos en otra época y lo haremos al recorrer las calles adoquinadas y estrechas del barrio judío, el cual junto a las pequeñas casas que la conforman nos guiarán hasta espacios amplios, como plazas o galerías cubiertas de bóvedas. Esta fascinante sensación también la tendremos al perdernos por el Cardo Romano (situado dentro del barrio judío) antiguo corazón de la ciudad romana, ya que era el punto que dividía la localidad. En esta amplia vía empedrada y limitada por columnas corintias era donde se realizaba el comercio, una función que todavía conserva a día de hoy ya que podremos pararnos en algunas de las coquetas tiendas que se sitúan en este lugar histórico de Jerusalén

Cuando visitemos el Cardo Romano veremos muchos edificios antiguos e importantes en distintos procesos de restauración y de conservación. Todavía a día de hoy las columnas dan una visión imponente del lugar y demuestran la riqueza arquitectónica con la que debía contar esta vía antiguamente, aunque si bien es cierto que en antaño eran unos 500 pilares los que conformaban la ciudad.
El plan de viaje a tu alcance
- Sin comidas.
- Ammán
- Desayuno. Cena.
- Ammán
- Ciudad de Jerash
- Castillo de Ajlun
- Desayuno y cena.
- Petra
- Mar Muerto
- Panorámica de Ammán
- Iglesia ortodoxa de San Jorge
- Monte Nebo
- Desayuno y cena.
- Ammán
- Panorámica de Petra
- Desayuno.
- Jerusalén
- Desayuno.
- Jerusalén
- Muro de las Lamentaciones
- Panorámica de Jerusalén
- Belén
- Desayuno.
- Jerusalén
- Panorámica de Jerusalén
- Desayuno.
- Tel Aviv
- Tel Aviv
¿Quieres saber más de Jordania?
El recetario de Jordania está muy influencia por sus países vecinos. Antiguamente este emplazamiento era un lugar de parada para las rutas comerciales, por lo que también encontraremos influencias indias en algunos de los platos tradicionales. No obstante, el origen de la gastronomía jordana se encuentra en la cultura beduina, la cual ha dejado auténticas exquisiteces que deleitan a todo tipo de paladares. En Jordania nos toparemos con platos cargados de sabor gracias a las numerosas especias que se les pone. Sus platos son sencillos y una de sus bases gastronómicas más típicas es el arroz. También encontraremos ricos alimentos como las legumbres, verduras, frutas, así como carne de cordero y pollo. Una de las curiosidades de la cocina tradicional es que este país es el rey de los frutos secos, pero también es el paraíso de las olivas. Algunos de los platos tradicionales que deberemos probar son el Hummus, paté de garbanzos con aceite de oliva; el Kube, albóndigas de carne; los Falafels, sándwich compuesto por croquetas de garbanzos y acompañado de ensalada; así como Chic Kebabs o Chich Taouk, brochetas de cordero y brochetas de pollo, respectivamente. En cuanto a las bebidas una de las más comunes y sagradas es el té, por el que se sigue una especie de ritual a la hora de tomarlo y servirlo. En una reunión con amigos o familiares, y disfrutar de una rica comida se suele preparar té, ya que es una buena forma de seguir con la animada sobremesa.
Jordania es el paraíso de las compras. Tanto en las principales ciudades como en los puntos más significativos nos encontraremos con tiendas de souvenirs, en las que encontraremos todo tipo de artículos tradicionales. De hecho, en algunas ciudades hay mercadillos en los que se pueden comprar todo tipo de recuerdos, perfectos para llevarlos a casa o para regalar. Entre los productos más populares están los tarros de arena. Se trata de pequeños frascos de cristal llenos de arena y con dibujos de colores que representan varios lugares jordanos. Los mosaicos bizantinos, una especie de platillos que representa escenas típicas del país, también son un bonito recuerdo como objeto de decoración y su coste varía según el tamaño que elijamos. La bisutería o plata beduina son auténticas piezas de arte llenas de detalle. Evidentemente el precio entre la primera y la segunda varía notablemente, ya que la calidad tampoco es la misma. Si lo que queremos es volver a España con productos de cosmética diferentes y de gran calidad, deberemos hacernos con algunos de los productos de belleza elaborados con sustancias del mar Muerto.
Las principales celebraciones de Jordania son de carácter religioso y se rigen por el calendario musulmán. No obstante, también hay otras de carácter artístico o relacionados con el deporte. Algunas de las más importantes son:
• Año Nuevo. Se celebra la primera o segunda semana de diciembre
• Ramadán. Festividad realizada a mediados de agosto o septiembre. Los lugareños no pueden beber, fumar ni comer durante el día.
• Id al Fitr. Es el fin del Ramadán. Dura tres días.
• Id al-Adha. Día de los sacrificios
• Al-Mawlid al-nabawi. Los lugareños celebran el nacimiento de Mahoma y se celebra el tercer mes del calendario musulmán.
• Jordan Festival. Los enclaves más importantes de Jordania, como por ejemplo Ammán, Petra o Jerash, se visten de gala durante los meses de julio y agosto para celebrar este evento cultura en el que participan tanto artistas nacionales como internacionales.
• Jordan Short Film. Tiene lugar el mes de noviembre en Ammán. Se trata de un festival del cortometraje en el que se presentan tanto producciones nacionales como internacionales.