Rusia: Rusia Clásica: Moscú y San Petersburgo
Sumérgete en las dos grandes ciudades de Rusia
Conoce el viajeRusia: Rusia Clásica: Moscú y San Petersburgo
- Duración
- 8 días
- Tipo de circuito
- Circuito
Rusia es un país especial. Es el más grande del mundo, con 17 millones de kilómetros cuadrados. Su territorio alberga diez husos horarios diferentes. Por sus tierras han pasado decenas de culturas, desde el Lejano Oriente hasta el Occidente europeo. Todo ello ha conformado un país con carácter propio, único en el mundo, cuya esencia se guarda en sus dos principales ciudades. Por un lado, Moscú, la capital y el centro político y económico del país. Y por el otro, San Petersburgo, la antigua capital que ahora está considerada como el centro cultural de Rusia.
“Moscú y San Petersburgo concentran en sus calles y monumentos toda la esencia del carácter propio y especial de Rusia, labrado a lo largo de los siglos”
Nuestro trepidante recorrido comenzará en Moscú donde podremos visitar el símbolo del poder político ruso desde hace siglos, el Kremlin, donde se coronaba a los zares y aún trabaja el presidente del país. Pasearemos por la Plaza Roja y comprobaremos en directo que la catedral de San Basilio, ésa que tantas veces hemos visto en televisión y fotografías, es mucho más espectacular en directo. Y aún nos quedará bajar al metro más lujoso del mundo, admirar el teatro Bolshoi y mucho más. Desde la capital, podremos acercarnos a Sergei Posad, centro de peregrinaje donde cada año se desplazan miles de devotos del patrón de Rusia, San Sergio. Seguidamente, tomaremos un tren hasta San Petersburgo para conocer la ciudad llamada a ser la ventana de Rusia hacia el mundo. Sus palacios y monumentos se reparten entre los serpenteantes canales para crear una de las ciudades más espectaculares de Europa. Conviene no perderse, entre otros lugares de interés, el Palacio de Invierno, el Palacio Yusupov y, por supuesto, el Museo Hermitage, uno de los grandes del mundo.
Emociones nuevas en tu viaje
En el centro de Moscú, hay una zona plagada de teatros que rezume cultura por los cuatro costados. Entre ellos, el más destacado y famoso es el Bolshoi, cuyo edificio actual data de 1825, fue completamente rehabilitado en 2005.
Para conocer el más reconocido teatro moscovita, hay una doble opción. Por un lado, se puede contratar un tour guiado por el edificio histórico organizado por el propio teatro. La otra opción, y quizá la más completa y apasionante, es disfrutar en directo de una de sus representaciones. En el teatro Bolshoi se celebran espectáculos en tres ubicaciones diferentes: el escenario principal o histórico, el nuevo escenario y el Beethoven Hall.
El Metro de Moscú no es sólo un medio de transporte para los rusos, también es una atracción turística y un deleite para los sentidos. Lo comprenderás cuando bajes las escaleras mecánicas y te iluminen sus lámparas de araña y pasees por sus elegantes mármoles.
Tiene 197 estaciones y es el metro más utilizado del mundo. Una M roja a pie de calle te indicará las escaleras para bajar a las profundidades del Metro de Moscú, también llamado el palacio del pueblo. Puedes visitarlas al azar o planificar una visita a las más bonitas, pero no te puedes perder las más características, como la estación Park Pobedi, la más profunda (a 84 metros) y con las escaleras más largas (no se ve el final), donde hay un mural dedicado a la segunda guerra mundial y destaca por sus mármoles de diferentes colores; o la majestuosa Komsomolskaya con sus paredes de mosaicos de espectaculares piedras esmaltadas, y Elektrozavódskaya, una estación con multitud de retratos de científicos, con estatuas de soldados, obreros y campesinos con bajorrelieves de mármol blanco. Fíjate que las estaciones con menos profundidad se caracterizan sus numerosas columnas. Las más profundas contienen arcos y pilones. La Slavianski Bulvard te traslada al París de Amelie con sus diseños art nouveau; los mosaicos de Kievskaya, donde se relatan varios episodios de la historia rusa, y la preciosa Mayakóvskaya, diseñada en honor Vladímir Mayakorovski y cuyos poemas parecen susurrar enredados en sus fantasiosas columnas de acero inoxidable y rodonita. Y por último, la Arbátskaya, que fue pensada en un principio como refugio ante un ataque aéreo, te seducirá con sus grandilocuentes candelabros, como si estuvieras en Versalles, o Varobiovi, la más larga y la primera estación del mundo que se construyó sobre un río.
El Metro de Moscú es el más transitado del mundo, mueve a 7 millones de pasajeros al día. La primera línea se inauguró el 15 de mayo de 1935.
* El altavoz de la línea 5 avisa (en ruso) a los pasajeros de la dirección de una forma insólita. Si habla un hombre, sabrás que vamos en dirección a las agujas del reloj y si habla una voz femenina, vamos en dirección contraria. En las radiales, es al contrario.
Un simple vistazo a los mercadillos de Moscú o sus principales arterias comerciales dan cuenta de que la Matryoshka es un símbolo nacional y uno de los objetos más buscados por los extranjeros. Todos quieren llevarse un trozo de Rusia y recordarla a través de la famosa muñeca, caracterizada por contener una figura dentro de otra.
Las hay de todos los tipos y tamaños y se venden por doquier, expuestas en fila, como pasando revista ante la mirada de los viajeros que buscan aquella de la que se enamorarán. Sin embargo, te sorprenderá saber que la famosa muñequita tiene su origen en Japón y que fue un potentado mecenas quien la introdujo en el país. A partir de 1900 causó sensación y su posterior fabricación en masa las popularizó entre la población. En Moscú, uno de los lugares para comprarlas es la calle Arbat, una calle peatonal repleta de tiendas y restaurantes. Otra opción es ir a las afueras en el mercadillo de Ismailovo, donde las encontrarás más baratas. Y si lo prefieres, resérvate para cuando viajes a Sergei Posad, la ‘cuna’ de la Matryoska, donde se abrió el primer taller de artesanía para fabricarlas a finales del siglo XIX. Sergei Maliutin las hacía de tilo, cuya madera es característica por su finura. Este artesano de la región del Anillo de Oro versionó el juguete japonés a imagen y semejanza de las campesinas rusas, con su pañuelo y sus contornos exuberantes y la llamaron Matryoshka, ya que uno de los nombres más comunes de las niñas rusas era Matryona. En el mercado de Sergei Posad nunca faltan hileras de Matryoshkas, así que míralas a los ojos y elige la que más te guste. No sólo será un regalo o un recuerdo de tu viaje, pues dicen que en su interior también te llevas la esencia de la gente rusa: maternidad, familia y unidad.
Vodka y caviar. La gastronomía rusa ofrece mucho más, pero esta bebida y este suculento bocado han extendido su fama por el mundo de tal manera que resulta complicado resistirse a la posibilidad de darse un capricho y probarlos en nuestra visita a Rusia.
No hace falta estar en ninguna ciudad en concreto para encontrarlos, pero hay que tener en cuenta varios factores, especialmente con el caviar. Las huevas de esturión es un producto muy cotizado, así que siempre puede haber pillos que nos den gato por liebre o que hayan conseguido ese caviar de forma ilegal, algo relevante teniendo en cuenta que el esturión está en peligro de extinción. Por ello es recomendable comprarlo en frascos y no a granel y mejor en tiendas que en mercados. Además, es probable que lo encontremos más barato en establecimientos pequeños que en grandes almacenes. Hay que tener en cuenta también que hay varios tipos de caviar. Dentro del negro –de esturión- el de más calidad es el beluga. También existe la opción de comprar el caviar rojo, de salmón, que además de no poner en riesgo la continuidad del esturión, sale mucho más económico.
* Por mucho capricho que nos queramos dar, sólo podremos volver a España con un máximo de 250 gramos de caviar. Es importante tenerlo en cuenta para no llevarnos un disgusto en el aeropuerto porque, además de quitárnoslo, es posible que nos multen. Este límite afecta al caviar negro, ya que para el rojo el máximo es de cinco kilos.
A sólo 25 kilómetros de San Petersburgo, en la ciudad de Pushkin, se encuentra el Palacio de Catalina, un conjunto monumental de residencias espectaculares y jardines declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco que sirvió como residencia de verano de los zares.
El Palacio se construyó en 1717 por orden de Catalina I y, posteriormente, se volvió más lujoso por iniciativa de la emperatriz Isabel. Sin embargo, su nombre está asociado a Catalina II, apodada La Grande, que ordenó detener las obras por su elevado coste, modificó el proyecto y en sus memorias criticó a Isabel por su derroche. El complejo sufrió graves desperfectos a manos de las tropas alemanas en la Segunda Guerra Mundial, pero fue restaurado para celebrar el tricentenario de San Petersburgo en 2003. De entre todas las espectaculares estancias, destaca la Cámara de Ámbar, decorada completamente con este lujoso material propio del mar Báltico. Ojo, no se pueden hacer fotos porque es muy sensible a los flashes de las cámaras.
Para llegar, puede optarse por combinar tren o metro y autobús, coger un taxi o un tour organizado que le llevara directamente al Palacio, la opción mas rápida y cómoda para hacer la visita.
Poco importa que se sea aficionado o no. Ver en directo una ópera o una función de ballet en un entorno tan espectacular como el que ofrecen los teatros de San Petersburgo es una de las mejores opciones para sumergirse en la elegancia de otra época que nos muestra la ciudad fundada por Pedro el Grande.
Existen varias posibilidades para ello, aunque las más aconsejables son los dos grandes teatros de la capital cultural rusa, el Mariinsky y el Mikhailovsky. El primero de ellos, un espectacular edificio situado en pleno centro de la ciudad, acoge representaciones de ópera y ballet desde 1860. En 2013, fue ampliado con un edificio colindante con capacidad para 2.000 espectadores. Por su parte, el Mikhailovsky es uno de los teatros más antiguos de Rusia, ya que se fundó en 1833 y está situado en la Plaza de las Artes.
Ojo con la vestimenta: no es necesario llevar traje y corbata o esmoquin, pero no se puede ir en pantalones cortos, vaqueros rotos o ropas similares.
El plan de viaje a tu alcance
- Cena
- Moscú
- Desayuno. Almuerzo.
- Moscú
- Panorámica de Moscú
- Desayuno
- Moscú
- Desayuno
- San Petersburgo
- Desayuno. Almuerzo
- San Petersburgo
- Panorámica de San Petersburgo
- Desayuno
- San Petersburgo
- Desayuno
- San Petersburgo
- Desayuno.
- San Petersburgo
¿Quieres saber más de Rusia?
La gastronomía rusa te enamorará por su variedad de platos, sorprendentes sabores y aromas, todo ello fruto de un amplio y rico mosaico cultural y de la amplia extensión geográfica del gigante rojo. La cocina rusa cuenta con una honda tradición popular e influencias de cocinas tan destacadas como la polaca, la francesa o la italiana. Grandes personajes históricos del país, como por ejemplo la emperatriz Catalina II, trajeron al país recetas e ingredientes de la Europa occidental de aquella época. Además, muchos platos son herencia de la afamada Ruta de la seda, y de la cercanía del país con el Cáucaso o Persia.
Hoy la cocina rusa sorprende a los viajeros más gourmet con la sorprendente combinación de los platos y la dispensa más tradicional con los nuevos aires de la cocina más actual y creativa. Todas estas razones han llevado a Rusia a ser uno de los destinos gastronómicos más interesantes del mundo. Entre nuestros imprescindibles se encuentran los platillos elaborados con aves, pescado ahumados, deliciosas setas, frutas del bosque... Los cereales locales son el ingrediente perfecto para elaborar de forma artesanal deliciosos panes y bebidas tan conocidas como la cerveza o el vodka.
¿Alguna recomendación? Comienza el día con un típico y contundente “zavtrak” o desayuno. Recuerda que en Rusia el “obyed”, que se suele hacer al medio día, es la comida más fuerte del día. No te vayas del país sin probar sus excelentes conservas, su afamado caviar o sus deliciosos “blinis” (crepes).
Aprovecha tu viaje a la fascinante Rusia para traerte a casa hermosos recuerdos. Frecuenta sus elegantes avenidas y calles de las grandes ciudades, sus centros comerciales, sus mercados... encontrarás recuerdos en todos los materiales y formas. Son muy populares los souvenirs realizados en madera, desde las típicas matrioskas, a los utensilios de cocina y menaje pintados al estilo Khokhloma, un estilo que se ha hecho famoso por su combinación de intensos colores y dorados sobre fondos de tonos más oscuros.
Si prefieres los recuerdos textiles, Rusia pone al alcance de tu mano productos tradicionales de alta calidad como son los afamados chales bordados a mano, los típicos gorros con orejeras (los ushanka), las calientes botas producidas en lana de oveja (Valenki). Muchos viajeros y amantes de la historia vuelven a casa con las típicas prendas de la época soviética.
Completamos nuestra lista de la compra añadiendo la magnífica porcelana de la localidad de Gzhel, las joyas realizadas con piedras como el ámbar y, cómo no, delicias gastronómicas como su famoso caviar o bebidas tan tradicionales como el vodka.
•Año Nuevo: 1 de enero
•Navidad ortodoxa rusa: 7 de enero
•Día de los Defensores de la Patria: 23 de febrero
•Día Internacional de la Mujer: 8 de marzo
•Día del Trabajo y de la Primavera: 1 de mayo
•Día de la Victoria: 9 de mayo
•Día de Rusia: 12 de junio
•Día de la Unidad Popular: 4 de noviembre
•Día de San Petersburgo: 27 de mayo
•Día de Moscú: 10 de septiembre