Vietnam: Gran Tour de Indochina
- Duración
- 15 días
- Tipo de circuito
- Gran Viaje
El Gran Tour de Indochina comienza en Laos, un país de marcado acento rural y en el que la vida transcurre a un ritmo sosegado. El lugar ideal para tomar contacto con la esencia asiática, con la importancia del budismo en esta zona del mundo, con el gran número de etnias que la pueblan y con las aguas del gran Mekong, cuya abundancia llena de fertilidad las orillas que toca.
Los contrastes más armónicos marcan este recorrido por Laos, Vietnam y Camboya
La segunda etapa del viaje, Vietnam, servirá para conocer la encantadora Hanói, las maravillosas formaciones rocosas de la Bahía de Halong, el recuerdo de la guerra en los túneles Cu Chi de la antigua Saigón (actual ciudad de Ho Chi Minh) y, por supuesto, una de las facetas más conocidas de este país, la gastronomía, apreciada en el mundo entero por su refinamiento y su gran variedad de sabores. Camboya será la tercera y última etapa de un viaje que terminará en los impresionantes Templos de Angkor, un complejo que ocupa cientos de kilómetros y que incluye auténticas ciudades que dieron muestra durante siglos del poder que ejerció durante siglos la dinastía de los khmers. El paso del tiempo y el abandono de la mayoría de las construcciones permitieron a la jungla que las rodea intentar imponer su presencia, engullendo prácticamente algunas de ellas y conformando un espectáculo a mitad de camino entre lo bello y lo sobrecogedor.
Emociones nuevas en tu viaje
Subir los 322 escalones hasta llegar a lo alto de la colina Phou Si tiene una increíble recompensa: una vista de 360 grados de toda la región, incluyendo no sólo las casas y templos de Luang Prabang, sino también los dos ríos que bañan esta localidad: el Mekong y el Nam Khan. Pero además la propia colina esconde diversos tesoros, como varios templos, cuevas y estatuas de Buda que se pueden visitar en el camino.
Por ejemplo, cerca de la cima se encuentra la cueva Wat Phra Bat Nua en la que se puede observar una huella del pie de Buda. Lo más recomendable es subir a la colina al atardecer, para evitar el calor del día y para aprovechar unas magníficas vistas junto a la preciosa puesta de sol.
Durante el ascenso a la colina, e incluso antes del mismo, se puede encontrar algunas mujeres laosianas vendiendo pájaros. El objetivo es que algunos turistas los compren para soltarlos en la cima de la colina y atraer así la buena suerte. Y es que esta colina tiene un cierto toque místico para los laosianos. De hecho, su nombre significa “montaña sagrada”.
Para vivir esta experiencia hay que levantarse muy temprano, pero merece la pena ya que es una costumbre ampliamente arraigada en el país. Se trata de una ceremonia que comienza hacia las 5.30 horas de la mañana en la que los monjes abandonan por un rato los numerosos monasterios que existen en Luang Prabang y pasan por las calles de la localidad recogiendo ofrendas de comida, sobre todo arroz glutinoso y fruta, que será su única comida de todo el día, ya que los monjes no pueden cocinar su propia comida y no pueden comer después de las 12 del mediodía. Por su parte, los fieles alejan con esta ceremonia el mal karma.
Es un espectáculo muy curioso a ojos occidentales y muy colorido, debido a que los monjes caminan en silencio, descalzos y con unas vistosas túnicas de color azafrán. Tiene además un carácter muy solemne a pesar de producirse diariamente. De hecho, hay algunas normas que es necesario cumplir si se quiere participar en la misma, aunque sea como espectador, ya que es una muestra de respeto. Por ejemplo, es necesario llevar los hombros cubiertos y no se puede mirar directamente a los ojos a los monjes. Y si eres mujer, tampoco debes tocar a los monjes. Se pueden hacer fotos pero sin flash y en muchos casos se pide a los no budistas que no hagan ofrenda a los monjes por respeto al hecho de ser una ceremonia religiosa.
Luang Prabang es la capital no sólo cultural sino también religiosa de un país en el que cerca del setenta por ciento de la población practica el budismo theravada, que aboga por controlar las pasiones humanas, de ahí que los laosianos sean gente muy tranquila y que las muestras de cariño en público no estén muy bien vistas. Entre los numerosos monjes que hay tanto en Luang Prabang como en el país podrás ver numerosos niños. Esto se debe a que todos los hombres deben pasar un tiempo como monje al menos una vez en la vida, lo que aporta méritos espirituales a toda su familia. Además, para las familias constituye casi un honor que alguno de sus hijos puedan ir a la escuela budista ya que así podrán recibir una buena educación para su futuro.
Para conocer un país tal como lo viven sus habitantes es fundamental tomarle el pulso a sus ciudades. Por ello, durante el viaje a Hanói lo mejor es aprovechar la ocasión de pasear sin rumbo fijo por las 36 calles que forman el casco antiguo de esta urbe.
Es recomendable dar primero un paseo sobre un ‘cyclo’ (un carrito empujado por una bicicleta) para abrir boca y luego dejarse llevar por las calles para mezclarse con las personas y los negocios que llenan esta zona. El gran número de tiendas que pueblan el casco antiguo hace también de Hanói un paraíso para los amantes de las compras. Y entre compra y compra, nada mejor que reponer fuerzas con el aromático café vietnamita. Resulta también impresionante el gran número de motos que pueblan las calles de la ciudad, ya que es el medio de transporte favorito en este país, y la amabilidad de los habitantes de la ciudad.
El café de Vietnam no sólo tiene un sabor especialmente aromático y suele acompañarse con leche condensada, por lo que no hace falta añadir azúcar, sino que su preparación es también peculiar, ya que utilizan unas pequeñas cafeteras individuales que funcionan con un filtro metálico de goteo. Es habitual servirlo con hielo, así como sustituir la leche condensada por yema de huevo, algo que suaviza el sabor del café además de otorgarle una textura más cremosa.
La gastronomía de Vietnam es similar en todas las regiones, pero en cada una de ellas presenta ciertas peculiaridades. El plato más popular de Hue es la sopa Bun Bo, una delicia para el paladar que mantiene un perfecto equilibrio con los sabores picantes y dulces del caldo.
Es una sopa que se sirve caliente y está compuesta por fideos de pasta de arroz, además de carne de ternera y codillo de cerdo. Lo acompañan diversos vegetales y especias que le dan un toque picante. Relajarse en uno de los restaurantes locales y pedir este plato típico de Hue es ideal para adentrarse en la cultura gastronómica de esta ciudad imperial.
Hue es una ciudad cargada de historia. La Ciudadela de Hue es una maravilla arquitectónica que fue construida por los franceses. Servía como fortaleza y a su vez como residencia imperial. Actualmente, la zona de palacios y estancias imperiales que están dentro de la ciudadela se conocen como la ciudad prohibida de Hue ya que el emperador castigaba con la muerte a todo aquel que intentara acceder a la ciudad sin permiso.
La salud es muy importante para los residentes de los países asiáticos. En concreto, en Vietnam, sus habitantes tienen por costumbre despertarse pronto para practicar Tai Chi. De hecho, a primera hora de la mañana son muchos los que se levantan con los primeros rayos de sol para practicar este deporte y así dar la bienvenida a un nuevo día. Por eso, te recomendamos que cuando viajes a este país te apuntes a una clase o taller de Tai Chi, un antiguo arte marcial que proporciona numerosos beneficios para la salud. Lo ideal es que puedas practicarlo con alguno de los maestros residentes del país, ya que conocen todas las técnicas para que alcances un pleno bienestar.
Además, este país es el paraje ideal para hacer Tai Chi, ya que cuenta con infinidad de templos donde los residentes se desplazan para tener su momento de paz y pensar, por un momento, en ellos mismos, en su salud y bienestar. Muchos grupos también optan por algún punto concreto de la ciudad, como las plazas o los lagos, y dejan el ruido de sus calles para concentrarse plenamente en este deporte.
Vietnam es el país ideal para practicar Tai Chi, un arte marcial derivado del Kung Fu que ayuda a retrasar el envejecimiento y prolongar la vida, ya que aporta numerosos beneficios en lo relativo al equilibrio, la fuerza, la flexibilidad y la resistencia muscular.
Los túneles de Cu Chi se han convertido en una visita obligada para los turistas más curiosos. La visita empieza en un búnker, acondicionado como pequeña sala de exhibición, donde se proyecta un vídeo documental sobre la guerra. La actividad continúa por unas recreaciones y maquetas en las que se puede apreciar cómo era la vida en los túneles, sus escuelas, dormitorios, talleres, salas de mando, trincheras y comedores.
Esta visita no es apta para personas con claustrofobia, ya que tendrán que agacharse para adentrarse de cuclillas a un estrecho, oscuro y húmedo túnel. Esta experiencia incluye un paseo por la jungla de Vietnam, en la que los participantes deberán descubrir cuál era el punto de entrada a los túneles y ver una muestra de las distintas clases de trampas utilizadas por el Frente Nacional de Liberación de Vietnam, Viet Cong, para herir o matar al enemigo.
Esta experiencia termina en las trincheras, donde se pueden ver los restos del armamento utilizado en la guerra de Vietnam. Además, los que quieran sentirse como un guerrillero más tendrán la oportunidad de disparar munición real con armas utilizadas por el Viet Cong y por el ejército americano.
El casco antiguo de Hoi An tiene un encanto especial. Uno de sus monumentos más destacados es el Puente Japonés, una obra histórica con más de 400 años de antigüedad, que destaca el intercambio cultural y arquitectónico entre Vietnam y Japón. Está situado en el río Thu Bon y acoge cada día a multitud de turistas que no quieren perderse su maravilloso diseño y arquitectura. Está construido en madera y piedra, con una fachada de color rojizo y tejados de teja gris. Su interior acoge una decoración muy cuidada con farolillos típicos de la artesanía de Hoi An. Además, cuenta con un altar presidido por la estatua de Bac De Tran Vo, dios patrono de la región que trae felicidad y riqueza a la población local.
Se dice que la construcción de este puente, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, empezó el año del perro y se completó en el del mono. Por eso, ambos extremos del puente están custodiados por están por estatuas de estos animales tan sagrados en la cultura japonesa.
El Puente Japonés se ha convertido en un lugar popular para celebrar numerosas actividades de intercambio cultural entre Hoi An y Japón. Uno de los actos es el homenaje a las víctimas del tsunami en japón de 2011, el desfile de moda de kimonos y el festival culinario japonés. Desde su creación se ha reconstruido muchas veces, pero aún conserva su carácter y estilo japonés.
Siem Reap es conocida por sus mercadillos, tanto el Old Market durante el día como los diversos mercadillos que surgen al marcharse el sol. En ellos se puede encontrar todo tipo de artesanías locales y resultan el lugar ideal para encontrar un recuerdo del viaje para llevar a casa, así como disfrutar de sus puestos de comida y la actuación de artistas callejeros.
Pero si hay algo fundamental en estos mercadillos es el regateo. Y es que los vendedores de entrada piden un precio muy superior al que están dispuestos a aceptar, pero no por un intento de engaño, sino porque están convencidos de que habrá un regateo que sitúe el precio en un nivel aceptable para las dos partes. Un precio que, seguro, quedará fijado en dólares, ya que la moneda local, el riel, está tan devaluada que incluso los camboyanos prefieren comerciar en dólares.
Algunos puntos de Siem Reap ofrecen un extraño espectáculo que llama poderosamente la atención de los viajeros, como es el hecho de encontrar grandes murciélagos colgados de los árboles. Las numerosas películas sobre Drácula vistas pueden hacer pensar lo contrario, pero lo cierto es que los también llamados ‘zorros voladores’ se alimentan exclusivamente de frutas y flores, por lo que resultan totalmente inofensivos. Comienzan a alzar el vuelo y revolotear por la ciudad cuando cae la tarde y la luz va disminuyendo, un espectáculo también muy llamativo.
Una de las calles más visitadas de Siem Reap es la de Pub Street, con una oferta muy interesante de restaurantes con comida nacional e internacional, animados pubs con música occidental, salones de cócteles y vibrantes clubes nocturnos.
Esta concurrida calle es ideal para conocer la noche de Camboya y conocer a otros turistas que visitan este fascinante destino. La calle de Pub Street es el centro nocturno más importante de la ciudad y todos los locales están abiertos todos los días de la semana. Además, los clubs cuentan con la popular happy hour, en la que los precios de las bebidas están muy baratos. Algunos acuden a esta vía para cenar o tomar algo, mientras otros prefieren pasear por esta calle y ver el ambiente que se respira en ella, sin ser partícipes de esta atmósfera más internacional.
El ambiente de esta calle es exclusivo para los turistas. Es una buena oportunidad para conocer a otros visitantes con los que poder intercambiar experiencias y divertirse en alguno de sus locales, como por ejemplo en alguno de sus karaokes.
El paisaje de los templos de Angkor es una auténtica maravilla, árboles que crecen con fuerza entre las piedras y que envuelven con sus poderosas raíces las paredes de estos antiguos edificios religiosos. Pasar un día entero es este emplazamiento es una de las experiencias más enriquecedoras del viaje, ya que a cada paso el panorama es más sorprendente.
Sin duda alguna, uno de los momentos más asombrosos que uno puede vivir en este enclave único en el planeta es su atardecer. Se trata de un momento mágico, en el que todo el mundo está en silencio y a la espera de que se produzca este fenómeno, un contraste de colores rojizos en el cielo que combinan perfectamente con las fachadas de las ruinas que descansan en esta zona.
Para poder presenciar este hermoso atardecer es imprescindible ubicarse en un lugar alto y con las vistas despejadas, ya que hay muchos turistas interesados en ser testigos de este espectáculo único y exclusivo.
El plan de viaje a tu alcance
- Sin comidas
- Luang Prabang
- Cena.
- Luang Prabang
- Visita a los templos
- Desayuno y comida
- Luang Prabang
- Cuevas sagradas de Buda
- Visita al Palacio Real
- Desayuno y almuerzo
- Hanoi
- Cascadas de Kuang Si
- Desayuno, comida.
- Hanoi
- Panorámica de Hanói
- Desayuno, comida y cena
- Ha Long
- Navegación por la Bahía de Halong
- Desayuno.
- Hanoi
- Da Nang
- Hoi An
- Navegación por la Bahía de Halong
- Desayuno y comida.
- Hoi An
- Panorámica de Hoi An
- Desayuno y comida
- Da Nang
- Hue
- Museo Cham
- Ciudadela Imperial de Hue
- Desayuno y comida
- Ho Chi Minh
- Paseo en barco por el Río de los Perfumes
- Pagoda de Thien Mu
- Desayuno y comida
- Ho Chi Minh
- Visita de los túneles de Cuchi
- Panorámica de Ho Chi Minh
- Desayuno y cena
- Siem Reap
- Mercado Local
- Talleres del Centro Les Artisans d'Angkor
- Desayuno, comida y cena
- Siem Reap
- Templos Bayon y Ta Prohm en Angkor Thom
- Angkor Wat
- Desayuno
- Siem Reap
- Según itinerario
- España
¿Quieres saber más de Laos, Vietnam y Camboya?
Laos
La cocina de Laos toma muchos de sus platos de sus países vecinos, manteniendo la presencia del picante, de una potente salsa de pescado o de los curries originarios de la India. Pero también tiene algunos platos propios, como por ejemplo el larb, una ensalada que mezcla carne de pollo, ternera o pescado con diferentes vegetales, o el estofado larm, también con carne, pero acompañado de un número aún mayor de verduras.
Y, por cierto, los laosianos adoran también la carne asada a la parrilla. Si hay que elegir un elemento de la cocina que esté casi siempre presente sería el arroz glutinoso, un arroz cuyos granos tienden a pegarse entre sí a pesar de estar en su punto, lo que facilita poder hacer ‘bolas’ del mismo a la hora de comer de la manera más típica de Laos: con las manos.
Vietnam
La gastronomía vietnamita es tan rica y variada que más que un atractivo de este país podría considerarse como un destino en sí misma. El hecho de que Vietnam sea un país de una extensión considerable y alargado le permite disfrutar de diferentes paisajes y, por tanto, también de gastronomía diversa entre el norte y el sur, si bien tienen elementos comunes, como el gusto por el picante o la gran variedad de sopas que se pueden encontrar en toda su geografía.
Si hay que elegir un plato nacional tal vez el Pho sería el acertado. Se trata de una sopa de fideos de arroz muy sabrosa gracias a las hierbas con que se elabora y de la que pueden encontrarse varias versiones, aunque las más clásicas son las de ternera o pollo. Esta cocina tiene también recuerdos de su pasado colonial, como por ejemplo el hecho de que se pueda comprar un pan que recuerda a una pequeña baguette francesa, a la que ellos llaman bahn mi, que significa ‘pan de trigo’.
Camboya
Como reflejo de su pasado, la gastronomía camboyana está influida por sus países vecinos, si bien es mucho menos conocida que la de estos. En primer lugar, como buen país asiático el arroz acompaña buena parte de sus comidas. Además, en su preparación se utilizan cantidad de especias que le otorgan un sabor contundente.
De la gastronomía China toma el gusto por el pato y la presencia de tallarines acompañados por diversos ingredientes. De la India toma el amor por lo picante y de hecho uno de sus platos más típicos es el curry khmer. En cuanto al pasado colonial francés, igual que en la cocina de Vietnam, los camboyanos están acostumbrados a comer un pan tipo baguette, que es vendido también de forma ambulante por las calles. Pero si hay algo propio es una pasta elaborada con varios pescados en salazón llamada prahok y que se utiliza mayormente en platos de verdura. En cuanto a la forma de comer, la tradición camboyana apuesta por comer en el suelo sobre un tapete sobre el que se colocan todos los platos. Lo habitual era comer con las manos, aunque mucha gente ya utiliza los palillos chinos o los cubiertos occidentales. Y a pesar de la fuerte influencia del budismo en este país, los camboyanos comen pescado y carne habitualmente, aunque resulta muy fácil seguir una dieta vegetariana si se desea.
Laos
Laos es un país de ciudades pequeñas y en el que la vida rural es mayoritaria, por lo que no hay grandes centros comerciales ni grandes tiendas en las que realizar muchas compras. Por el contrario, el mejor lugar para comprar son los mercados nocturnos de Luang Prabang y de Vientiane, la capital, donde todos los puestos son de color rojo, lo que lo hacen especialmente llamativo. Allí se puede encontrar artesanías de todo tipo, siendo tal vez los farolillos de papel los más populares, así como puestos en los que comprar productos tan típicos como el café o el té local.
A la hora de ir de compras en estos lugares conviene tener en cuenta algunas costumbres locales, como el hecho de que casi todo se regatea, a menos que sean precios fijos como, por ejemplo, un billete de transportes. En estos mercadillos resulta fácil comunicarse en inglés o francés. Y dado el carácter tranquilo de los laosianos, aunque se regatee el precio no son tan insistentes como en otros países vecinos y es conveniente mantener una actitud relajada, ya que levantar la voz o hacer muchos aspavientos es algo mal visto en este país.
Vietnam
Centros comerciales, tiendas, mercadillos… Vietnam es un paraíso para los amantes de las compras, tanto por su variedad como por su precio, esto último siempre que sea un producto fabricado en el país. Los precios no son fijos, ya que están acostumbrados al regateo, así que el viajero puede negociar la cantidad que pagará finalmente. Generalmente, los precios son más bajos en el sur del país que en el norte. Además, se obtienen mejores condiciones en los mercadillos que en las tiendas y si se paga en dongs en lugar de en dólares o euros, sobre todo porque de estos últimos sólo se aceptan billetes, no monedas, así que el precio podría ser redondeado en detrimento del viajero.
Este país es uno de los reyes en productos que replican marcas más caras, pero su falsificación no está permitida, por lo que en los lugares en los que las tienen no están a la vista. Además, hay algunos lugares, como la ciudad de Hoi An, que están especializados en realizar trajes a medida en tiempo récord. Lo que es seguro es que el viajero volverá de Vietnam con algunos recuerdos, por lo que es buena idea no llevar la maleta muy llena para dejar espacio para las compras.
Camboya
En las ciudades de Camboya más frecuentadas por viajeros, como por ejemplo Phnom Penh y Siem Reap, uno puede adentrarse en el mundo de las compras, ya sea en los centros comerciales, pequeñas tiendas y sobre todo mercados locales. La única diferencia entre uno y otros es el precio, puesto que en el primero el precio siempre tenderá a ser más caro que en las tiendas y en los mercadillos.
Para vivir una experiencia única, sin duda la mejor opción es ir de compras por los coloridos mercados locales, donde uno puede encontrar todo tipo de productos y sumergirse en un ruidoso ambiente donde los comerciantes además de exponer sus productos, los promocionan. A diferencia de los centros comerciales, en los mercados tradicionales los precios no son fijos, ya que los vendedores están acostumbrados al regateo, así que resulta muy fácil negociar la cantidad que se pagará por el producto. Eso sí, en los mercadillos no se aceptan tarjetas de crédito, por lo que es recomendable el uso de dólares en billetes, pero que no sean de muy alto valor.
Laos
Laos disfruta de varias fiestas oficiales al año, marcadas tanto por motivos religiosos como por celebraciones de carácter seglar. Las más destacadas son las siguientes:
• 1 enero: A pesar de seguir el calendario budista, en Laos también se celebra la llegada del Año Nuevo igual que la mayoría de países del mundo. • 8 marzo: el Día Internacional de la Mujer se celebra con una fiesta oficial, a imagen de otra veintena de países en todo el mundo. • Mediados de abril: se celebra el Año Nuevo budista, aunque no tiene una fecha fija por seguir el calendario lunar. • 1 mayo: Día Internacional del Trabajo. • 25 octubre: un festival de carreras de barcos pone fin a un periodo especial para el budismo de unos 3 meses de duración, denominado en inglés Buddhist Lent, en el que los monjes llevan a cabo de manera especialmente intensa actividades de estudio y meditación, así como de formación de nuevos monjes.Vietnam
La multiculturalidad y larga historia de Vietnam hace que este país celebre varias fiestas oficiales, que están marcadas por la religión.
•1 de enero: Año Nuevo, ya que aunque celebran su año nuevo lunar más adelante, sí acogen el nuevo año internacional con un día de fiesta nacional. •Entre enero y febrero: Fiesta del Tet, el Año Nuevo vietnamita, que al seguir el calendario lunar cambia de fecha cada año, aunque suele celebrarse entre finales de enero y mediados de febrero. •3 de febrero: Día de la Fundación, que conmemora la creación del Partido Comunista de Vietnam. •Marzo/Abril: Aniversario de la muerte de los Reyes Hung, sin fecha fija al seguir el calendario lunar. •30 abril: Día de la Liberación del Sur y de la Reunión, con el que se celebra la reunificación del país tras la larga Guerra de Vietnam. •1 mayo: Día Internacional del Trabajo. •2 y 3 septiembre: Día de la Independencia, que conmemora la declaración de independencia por parte de Ho Chi Minh que marcó el fin del colonialismo francés en el país.Camboya
Los camboyanos se visten de fiesta varias veces al año por motivos diversos, que suponen una ocasión inmejorable para conocer este país y sus costumbres más arraigadas.
• Enero: Día 7 de enero es una fecha muy importante para el pueblo camboyano. Y es que es los lugareños celebran el Día de la Victoria con la dictadura khmer. • Abril: El Bon Chol Chnam Thmey o Año Nuevo Khmer se celebra día 13 de abril y dura aproximadamente tres días. Se trata de la mayor festividad local y durante el primer día los lugareños van a los templos a encender velas para bendecir a Buda. El segundo día es para llevar a cabo acciones caritativas y el último van a los templos para lavar con agua las estatuas e imágenes de Buda. El ambiente también es muy festivo en las calles y en muchos rincones se celebran batallas de agua. • Octubre: A mediados de este mes se celebra el Pchum Ben que conmemora la vuelta de los ancestros, de los espíritus de los familiares fallecidos. Dura aproximadamente 15 días y durante este periodo las familias van a las pagodas a entregar ofrendas, vestidos con ropa blanca en señal de purificación. • Noviembre: Durante este mes Camboya celebra el Bon Om Touk Festival del Agua. Se trata de una fiesta en la que los residentes acuden a la orilla del Lago Tonle Sap, ubicado en Phnom Penh y disfrutan de las regatas de los coloridos barcos tradicionales. • Diciembre: Una de las fiestas populares más especiales es el Angkor Festival, que se celebra, entre día 3 de diciembre y día 10 del mismo mes, en los increíbles Templos de Angkor. En este entorno idílico se recrean danzas tradicionales de los khmers.Para entrar en Laos es necesario tener el pasaporte en vigor y con al menos seis meses de validez desde la entrada en el país. Además, es obligatorio contar con visado, pero resulta fácil conseguirlo en los principales puestos fronterizos.
España no cuenta con Embajada en Laos, la más cercana es la sede diplomática en Tailandia. Pero eso no significa que los españoles estén desprotegidos cuando se encuentren en este país, ya que nuestros intereses están representados en la Embajada de Alemania en Vientiane. Tampoco Laos tiene embajada de España, por lo que la más cercana es la de París, a la que hay que dirigir las consultas que se puedan tener al respecto.Los españoles no necesitamos visado para ir a Vietnam, siempre que las estancias no superen los 15 días incluyendo los días de llegada y salida. Los circuitos de Iberojet en Vietnam son de un máximo de 14 días, así que sólo hay que preocuparse de que el pasaporte esté en vigor y con al menos seis meses de validez desde la fecha de entrada en el país. Si no es así, lo mejor es pedir cita cuanto antes para obtenerlo o renovarlo en el teléfono 060 o en la web www.citapreviadnie.es. Para cualquier consulta que se quiera realizar sobre estas cuestiones Vietnam cuenta con Embajada en España, cuyos datos de contacto son los siguientes:
Avenida Alfonso XIII, 54 - 28016 Madrid
Para viajar a Camboya los españoles necesitamos visado y su extensión máxima es de un mes desde la entrada en el país. Se puede tramitar en los aeropuertos internacionales de Siem Reap y Phnom Penh, aportando la documentación necesaria: pasaporte, fotografías y una tasa que solo se puede pagar en dólares. También se puede obtener por internet, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación de Camboya: https://www.evisa.gov.kh/ Además, también necesitamos tener el pasaporte en vigor y con al menos seis meses de validez desde la fecha de entrada en el país.La moneda de Laos es el kip laosiano y el cambio suele estar en torno a los 9.500 kips por un euro. La moneda local es más aconsejable para las zonas rurales, ya que en las ciudades el dólar e incluso el baht tailandés pueden utilizarse sin problemas. Debido a la gran inflación que sufre el país no es habitual ver monedas, por lo que las transacciones se suelen hacer en billetes, que existen de entre los 500 y los 100.000 kips. Dada la casi imposibilidad de cambiar kips en euros, lo más aconsejable es salir de Laos sólo con los kips que uno quiera quedarse como recuerdo.
La moneda oficial en Vietnam es el dong vietnamita (cuya abreviatura internacional es VND) y el cambio suele estar en torno a los 27.000 dongs por un euro, aunque es conveniente consultar un conversor de moneda online antes de viajar al país. La moneda puede cambiarse en los bancos o casas de cambio nada más llegar al país. Aunque en estos países a veces se aceptan dólares o euros, lo más aconsejable a la hora de hacer cualquier tipo de gasto es pagar en dongs, especialmente a la hora de hacer compras pequeñas o en mercadillos callejeros. La moneda de Camboya es el riel, pero lo cierto es que resulta más cómodo y eficaz disponer de dólares estadounidenses, que aceptan en todas partes. El cambio suele estar entorno a los 4.700 rieles por un euro, aunque es conveniente consultar el cambio antes del viaje. La moneda local está tan devaluada que lo habitual es viajar con dólares, mucho más apreciado incluso por los camboyanos que su propia moneda, así que no es necesario molestarse en cambiar dinero para conseguir moneda local. Además, Camboya es de esos pocos países en los que prácticamente no circulan monedas que fraccionen su divisa, ya que la inflación es tan elevada que el Banco Central del país dejó de emitir monedas en 1994. El origen de esta curiosa situación del riel hay que encontrarlo en la decisión de los sangrientos Khmers Rojos de Pol Pot de suprimir la moneda como sistema de pago en 1975 y la ineficaz reintroducción del riel realizada tras el fin de su régimen.El uso de la tarjeta en Laos está sólo extendido, y no demasiado, en la capital, Vientiane, por lo que fuera de allí lo más aconsejable es utilizar dinero en metálico, que puede ser tanto el kip laosiano, que es lo que más se utiliza en las zonas rurales, como los baht tailandeses o el dólar estadounidense.
Los cajeros de Vietnam, aunque no son muy numerosos, funcionan generalmente sin problemas con las tarjetas de crédito y débito españolas. Para pagar compras, las tarjetas sólo se aceptan en las grandes ciudades y en determinados lugares, como centros comerciales, hoteles y restaurantes, pero generalmente sólo si pertenecen a cadenas internacionales, si tienen propietarios extranjeros o si se trata de productos de lujo. Por ello, es aconsejable llevar el dinero suficiente en metálico o viajar con cheques de viaje.En Camboya no está excesivamente extendido el uso de tarjetas, excepto en hoteles y lugares comerciales de las grandes ciudades, y hay menos cajeros automáticos que en otros destinos, por lo que es recomendable el uso de dólares en billetes, aunque se recomienda no llevar billetes de muy alto valor.
Para viajar a Laos no es obligatorio vacunarse, si bien las autoridades recomiendan las vacunas contra el tétanos, encefalitis japonesa y hepatitis A y B. En todo caso, igual que en el resto de países de su entorno, resulta fundamental llevar un buen repelente de mosquitos no sólo por lo molestos que resultan, sino porque en algunas zonas pueden ser portadores de enfermedades.
En cuanto a los riesgos sanitarios, por lo general basta con tener algo de cuidado para evitar malestares gastrointestinales. Así, es mejor evitar tomar hielo en las bebidas, descartar alimentos crudos y apostar por el agua embotellada. En cuanto al vino de arroz, muy típico en estos países, el Ministerio de Exteriores recomienda expresamente evitar aquellos caseros o de origen desconocido ya que pueden llegar a ser peligrosos para la salud. Además, se pide a los viajeros que se mantengan alejado de los mercados de aves y de las reservas naturales con aves y granjas de aves y cerdos, por la incidencia en el país de la gripe aviar.
Para viajar a Vietnam desde España no es necesaria ninguna vacuna específica, salvo que en el último mes se haya visitado alguno de los países en los que sí existe riesgo de transmisión de la fiebre amarilla (esta información puede consultarse en el link). En países cálidos y con un nivel elevado de humedad, como en Vietnam, es fundamental llevar un repelente para mosquitos, que debe aplicarse sobre todo en las horas del amanecer y el atardecer, que es cuando estos insectos están más activos.
En cuanto a los riesgos sanitarios, por lo general basta con tener algo de cuidado para evitar malestares gastrointestinales. Así, es mejor evitar tomar hielo en las bebidas, descartar alimentos crudos y apostar por el agua embotellada. En cuanto al vino de arroz, muy típico en los países del Sudeste Asiático, el Ministerio de Exteriores recomienda expresamente evitar aquellos caseros o de origen desconocido ya que pueden llegar a ser peligrosos para la salud. Las infraestructuras sanitarias en este país son algo deficientes, por lo que es recomendable viajar con un seguro médico con una cobertura amplia ante algún problema de salud que pueda presentarse.
Para viajar a Camboya no hay vacunaciones obligatorias, salvo que en el último mes se haya visitado alguno de los países en los que sí existe riesgo de transmisión de la fiebre amarilla (esta información puede consultarse en el link http://msc.es/profesionales/saludPaises.do), aunque sí se recomienda las de tétanos, encefalitis japonesa, hepatitis A y B, tifus y rabia. Para las zonas más húmedas es recomendable llevar un repelente de mosquitos. En cuanto a los riesgos sanitarios, basta con tener algo de cuidado para evitar malestares gastrointestinales. Así, es mejor evitar tomar hielo en las bebidas, descartar alimentos crudos y apostar por el agua embotellada. En cuanto al vino de arroz, muy típico en estos países, el Ministerio de Exteriores recomienda expresamente evitar aquellos caseros o de origen desconocido ya que pueden llegar a ser peligrosos para la salud. Además, se recomienda mantenerse alejado de los mercados de aves y de las reservas naturales con aves y granjas de aves y cerdos, por la incidencia en el país de la gripe aviar.Vietnam es un país de clima tropical y subtropical, pero al ser alargado existen diferencias entre el norte, que tiene un clima más parecido al continental con cuatro estaciones diferenciables, y el sur, con un clima más tropical y con dos estaciones fundamentales: la lluviosa (de mayo a noviembre) y la seca (de diciembre a abril).
Las temperaturas suelen mantenerse agradable, pero pueden bajar hasta los cero grados durante el invierno en el norte del país, como por ejemplo en Sapa, por el que pasan algunos de nuestros circuitos para hacer trekking. En todo caso, antes de salir de viaje siempre es conveniente consultar la previsión meteorológica en la página web del Servicio de Información Meteorológica Mundial.Camboya es un país de clima tropical y subtropical. El mes más caluroso es abril, en el que pueden alcanzarse los 40 grados con una importante humedad, y el más ‘frío’ es enero, con unos 28 grados. Cada época tiene sus encantos, ya que, al contrario de lo que pueda pensarse, la época de lluvias, que coincide con nuestro verano, es buena para visitar los Templos de Angkor porque la lluvia les otorga una belleza especial.