Día 1: Pamplona – Nápoles. Rumbo a Nápoles.
Llevábamos tiempo esperando que llegara el momento de arrancar con nuestras vacaciones. No sabíamos qué destino elegir, pero tras un minucioso estudio decidimos viajar al sur de Italia y conocer tres de sus joyas: Nápoles, Pompeya y la Costa Amalfitana.
No podemos evitar sentirnos emocionados ante tal aventura. Los nervios se apoderan de nuestro estómago creándonos una especie de cosquilleo y salimos de casa con tiempo suficiente, ya que no queremos que los trámites del aeropuerto nos retrasen.
Todo va sobre ruedas. Hemos llegado dos horas antes ¡perfecto! Pasamos el control de seguridad y nos dirigimos hacia la puerta de embarque. Esperamos unos minutos a que la azafata de tierra empiece a llamar a los pasajeros con destino a Nápoles y nos subimos al avión.
Al acomodarnos en nuestro asiento, sacamos nuestra guía de viaje para repasar todo lo que queremos hacer una vez que lleguemos a nuestro destino. Sin apenas darnos cuenta, aterrizamos en el aeropuerto de Nápoles. Inmediatamente nos subimos al vehículo que nos llevará hasta nuestro hotel, ubicado en la preciosa capital de la región de Campania. Tras el check in dejamos la maleta en nuestra habitación y salimos a la calle dispuestos a conocer los bellos rincones de Nápoles. Nos dejamos llevar por las callejuelas adoquinadas hasta llegar al casco antiguo, un precioso tesoro napolitano con más de 2500 años de historia declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en el año 1995.