Viaje a Polonia: Circuito Polonia Semana Santa

Día 1: Zaragoza – Varsovia. Desembarcando en la capital polaca.

Sabemos que vamos a pasar unos preciosos días descubriendo los encantos de Polonia, por eso nuestro trayecto hacia el aeropuerto se hace mucho más llevadero. Nos presentamos dos horas antes de nuestro vuelo a la terminal para realizar los trámites y controles aeroportuarios necesarios, una vez en el avión nos sentamos y nos dejamos llevar, no tenemos que hacer nada más que esperar el desembarque en Varsovia para comenzar a descubrir el encanto de Polonia.

Después de instalarnos en el hotel vamos a empezar a recorrer la capital del país. Varsovia tiene una singular belleza que ha conseguido sobrevivir a la destrucción sufrida con los bombardeos germánicos en 1939. Casi un 85% de la ciudad ha tenido que reconstruirse debido al mal estado en que la dejaron los ataques. Se dice que antes de la guerra era una de las ciudades más bellas de Europa, después de juzgar con tus propios ojos podrás decidir si Varsovia sigue teniendo el encanto de antaño. Empezaremos con un recorrido panorámico por la Ruta Real, se llama así porque contiene elegantes palacios y jardines de gran interés arquitectónico y artístico. En un principio esta ruta, que ahora es básicamente turística, la usaban los miembros de la realeza para trasladarse de su residencia oficial a sus casas veraniegas. Pasaremos también por los Monumentos del Gueto y la Insurrección. La historia de Varsovia tiene unas líneas negras, ya que albergó el mayor gueto del país. Las condiciones de salubridad llegaron a ser extremas y la superpoblación del lugar hizo que el gueto fuera inhabitable, por eso los ciudadanos se organizaron e hicieron frente a las tropas nazis en un ataque que enfureció a los miembros de las SS, que terminaron quemando todos los edificios de la ciudad y muy pocos judíos lograron sobrevivir.

Pasaremos también por la Tumba al Soldado Desconocido, una cruz que recuerda a aquellos que dieron la vida por la independencia de Polonia, se encuentra en una amplia plaza que parece casi desértica, lo que le da aún más protagonismo a este altruista monumento. En la siguiente parada podremos conocer un poco más de la vida del compositor Frederic Chopin, oriundo de Polonia, y que tiene una preciosa estatua en bronce en el Parque Lazienki.

Para terminar con la panorámica de Varsovia nos acercaremos al Palacio de Belvedere, un monumental edificio neoclásico que actualmente es la residencia presidencial del país. Este es el único edificio que sigue en pie del conjunto arquitectónico neoclásico que se alzaba en este emplazamiento. Ha sido un primer contacto muy interesante con este territorio. Su capital nos ha hechizado y no podemos esperar más para conocer los sitios que nos depara Polonia. Así que nos retiramos al hotel a descansar después de tomar una magnífica cena al más puro estilo local.

Día 2: Varsovia – Torun – Poznan. Una auténtica ciudad medieval

Las vicisitudes que ha pasado la sociedad polaca a lo largo de la historia reciente han transformado tanto el día a día de sus gentes como la mayoría de trazados urbanos del país. Pero hoy visitaremos una ciudad que se ha librado de los ataques masivos y la destrucción. En Torun podremos conocer la parte medieval de la ciudad, que caracterizaba también la mayoría de urbes importantes, pero que solamente en este lugar ha conseguido mantenerse intacta mostrando todo su esplendor y rememorando el pasado fundacional de la metrópolis.

Al llegar a la ciudad podremos tomar un buen almuerzo para salir con las pilas cargadas a recorrer palmo a palmo el bello casco antiguo de Torun. Deambulando por sus calles imaginamos cómo era la vida medieval en este lugar, donde el frío de los inviernos empuja a sus habitantes a refugiarse en los bellos edificios con centenares de años de historia. El puro goce de pasear y sacar fotos del centro histórico nos va a llevar a conocer el Antiguo Ayuntamiento, una de las obras arquitectónicas más grandes en su clase del continente europeo. Se encuentra situado en la Plaza Mayor y las vistas desde su torre son espectaculares.

También nos vamos a maravillar con la hermosa fachada de la Corte de Artus. Este edificio de marcado estilo neorrenacentista contiene en sus pisos superiores un importante Centro de Cultura, mientras que la planta baja está destinada a fines comerciales. No nos pasará desapercibida la casa natal del astrofísico Nicolás Copérnico. Podremos conocer la preciosa casa que vio nacer a este eminente pensador, que fue el primero en formular la teoría heliocéntrica afirmando que la tierra orbitaba en torno al sol. Hoy en día el interior del edificio alberga un museo dedicada al astrónomo, con información e instrumentos relativos a los estudios de Copérnico. Si queremos llevarnos un hermoso recuerdo de nuestro contacto con el pasado copernicano podremos sacarnos una foto con el monumento levantado en honor de esta savia figura oriunda de Torun. Siguiendo nuestro recorrido podremos apreciar de cerca la famosa Torre Inclinada que se encuentra en esta ciudad. Esta magnífica torre de origen medieval fue construida como elemento defensivo, y ya desde muy pronto mostró signos de inclinación. Se puede apreciar como la fachada no está torcida ya que fue reconstruida posteriormente. El lugar acogió también una cárcel de mujeres años atrás y hoy contiene un bar en su interior. Al mirarla parece que se vaya a caer, aunque sus muros son gruesos y poderosos. Tomarnos un refresco en este lugar puede ser una experiencia única, además, ¡no tendremos que preocuparnos de que las fotos nos salgan torcidas!

Preparados ya para seguir con nuestro recorrido, nos dirigiremos a Poznan, donde pasaremos la noche. Al llegar podremos descubrir a nuestro ritmo las principales características de esta ciudad que fue la cuna de la nación polaca. Se le atribuye el mérito de ser la primera capital del país, y, hoy en día, es un centro cultural y educativo de gran relevancia. Una buena parte de su población se concentra aquí debido a la importancia de su vida universitaria. En un paseo por su centro podremos apreciar la belleza de sus estrechas y coloridas casas, que se suceden unas tras otras para crear un entorno urbano idílico. Dejaremos los platos fuertes para nuestra visita de mañana, hoy podemos descansar en el hotel y coger fuerzas para nuestra siguiente jornada.

Día 3: Poznan – Wroclaw. Dos ciudades destacadas.

La historia está grabada en cada ciudad de Polonia y en Poznan podemos apreciar la belleza de los vestigios arquitectónicos que siguen en pie para mostrarnos una auténtica ciudad que parece encantada, como sacada de un cuento de hadas. Las preciosas casas con fachadas coloridas desfilan en la Plaza del Mercado para crear un entorno único del cual querremos saberlo todo. El edificio que preside esta explanada es el maravilloso Ayuntamiento renacentista. Hoy en día ya no es la casa consistorial de la ciudad, así que podremos visitar su interior, que acoge un museo. El máximo espectáculo se da al mediodía cuando todos los visitantes se detienen para observar a dos cabritos mecánicos que salen por dos puertas y luchan marcando las doce campanadas. Estas cabras ya constituyen todo un símbolo de la ciudad, y tienen su origen en una inverosímil leyenda medieval, que cuenta que dos machos cabríos se escaparon de sus vendedores en un día de mercado y empezaron a luchar en lo alto del campanario del Ayuntamiento. Dejando las leyendas de lado nos vamos a adentrar en la historia que marcó la ciudad en 1956. Un monumento formado por dos cruces entrelazadas recuerda la revuelta obrera que se llevó a cabo durante el 56, donde los trabajadores reclamaban unas mejoras laborales y salariales que los sacaran de la precariedad en la que estaban sumidos. Estas fueron las primeras de una serie de protestas que se dieron en esta zona, altamente industrializada, protestando contra el gobierno comunista del momento. Las represiones contra los manifestantes fueron muy duras, causando incluso más de 50 muertos y un gran número de heridos. Estos acontecimientos allanaron el camino a un cambio de modelo de gobierno, que empezó a dejar de lado el estricto control soviético que lo caracterizaba por entonces.

La magnífica Isla de la Catedral también merece una visita. Situada entre los ríos de Warta y Cybina, este es uno de los rincones con más encanto de la ciudad. La Catedral de San Pedro y San Pablo se alza hacia el cielo con una majestuosa presencia esta importante basílica. La atmósfera que se crea alrededor del templo sumido en una paz y un silencio indescriptibles nos conectará con esta bella ciudad, que transmite tanta información a la vez que guarda su autenticidad al no ser transitada por un exceso de turistas.

Partiremos hacia otra ciudad que también luchará por ser una de las más bellas de nuestro recorrido. Wroclaw contiene más de 100 puentes y pasarelas que cruzan el río Oder y sus afluentes. Es conocida como la ciudad de los gnomos, ya que cientos de estatuillas de estos diminutos seres se encuentran distribuidos por toda el área metropolitana. La Gran Plaza del Mercado sigue la estructura de las plazas de las demás ciudades polacas, el antiguo Ayuntamiento se encuentra situado en el centro y tiene un precioso reloj astronómico en su fachada. La Catedral gótica es otro de los puntos con gran interés en una ciudad que cuida al detalle todos los elementos característicos de una cultura pasada para mantener vivo el recuerdo y la esencia primera del lugar. Antes de gozar de la ciudad por nuestra cuenta podremos conocer la bella universidad, una de las instituciones universitarias más antiguas de Europa central.

Día 4: Wroclaw – Auschwitz – Cracovia. Los crímenes del pasado.

Los acontecimientos históricos no siempre tienen un cauce positivo; los hechos vividos durante la Segunda Guerra Mundial con el auge del nazismo demuestran de qué ha sido capaz el ser humano durante sus muchos años de existencia. La polémica sobre si visitar lugares donde murieron miles de miles de personas está servida, pero para evitar repetir errores pasados lo mejor es conocer todos los detalles de los hechos y empatizar con los que más sufrieron. En el mayor campo de concentración creado durante el período de dominación del nacionalsocialismo podremos ver de cerca las condiciones que soportaban día a día los judíos que eran enviados este lugar. Seguramente hemos leído famosas novelas o visto películas que cuentan las historias de los horrores en campos como este, pero vivirlo en primera persona nos hará reflexionar, poniéndonos, si es posible, en la piel de los que peor parados salieron de toda esta turbulenta historia.

En las instalaciones de Auschwitz – Birkenau podremos ver las habitaciones donde se amontonaban los judíos destinados a este campo. Para hacernos una idea, más de un millón de personas pasaron parte de sus vidas entre estos grises y tétricos muros, la mayoría de ellas perdieron sus vidas en este lugar. Cuando crucemos la puerta de entrada, con el famoso lema forjado a hierro que reza “El trabajo libera”, comprenderemos en nuestro interior lo que significa el campo para la sociedad local, pasada y presente. El complejo que visitaremos incluye el propio campo de concentración y el museo, situado en algunos de los mismos edificios antiguos. También puede verse la famosa y característica línea de tren que unía Auschwitz I y Auschwitz – Birkenau. Todo ello es considerado un monumento a los crímenes de guerra alemanes perpetrados durante la ocupación de Polonia. El museo fue creado dos años después de acabar la Segunda Guerra Mundial, y en 1979 fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. Este lugar con tanta historia ha sido visitado por más de 25 millones de personas desde su creación, y hoy, nosotros, podremos ser unos de los afortunados en recorrer el lugar y dejar florecer nuestros sentimientos respecto a este lugar.

Con las emociones a flor de piel y todavía estremecidos, nos dirigiremos a nuestro hotel de Cracovia que nos alojará durante las dos últimas noches que nos quedan por este país lleno de historia.

Día 5: Cracovia, el mayor centro cultural del país.

Despertamos con una leve resaca histórica después de nuestro intenso día en Auschwitz. Hoy nos apetece distraernos un poco, y en esta ciudad de gran belleza, catalogada como Patrimonio de la Humanidad, podremos hacerlo. Con esta premisa ya tenemos creadas unas expectativas que seguro no nos defraudarán. Nuestro recorrido general por los puntos más destacados de la ciudad nos llevará en primer lugar al núcleo de Cracovia, la Plaza del Mercado. Aunque la mayoría de ciudades polonesas posee una plaza de estas características, la de Cracovia tiene una belleza especial y es una de las más grandes del país, además contiene un edificio único en su especie, el Mercado de los Paños. Iniciado en el siglo XIII como unos cuantos tenderetes con productos locales a la venta, lo más similar a un centro comercial medieval, este lugar pasó a enmarcarse dentro de un edificio que hoy en día es uno de los más bellos de esta majestuosa plaza.

No nos olvidemos de fotografiar también la Torre del Ayuntamiento, que es hoy en día lo último que podemos ver de la primitiva casa consistorial levantada en el siglo XIV. Nuestra siguiente parada será la Universidad Jaguelónica, de gran prestigio internacional y que atrae a miles de estudiantes que ayudan a aumentar el bullicio cultural característico de esta ciudad. Aquí podremos completar nuestro recorrido sobre la vida de Nicolás Copérnico, que estudió en este centro siendo uno de los alumnos más destacados que ha dado el lugar. Otro de los must de Cracovia es la Colina Wawel, que se levanta imponente a orillas del río Vístula. El Castillo Real que corona este montículo muestra la diversidad arquitectónica de varios siglos de historia del país, y vale la pena observarlo desde distintos puntos vista, ya que sus caras muestran a la vez la dureza y la sutileza de esta imponente construcción. La Catedral también se emplaza en esta montaña urbana, y es conocida por ser la obra renacentista más destacada de todo el país. Su interior albergó importantes acontecimientos como coronaciones reales, y es el actual santuario de varios de los reyes del país que reposan en el subsuelo del lugar.

Seguidamente tenemos la oportunidad de pasear libremente por la ciudad, dejándonos guiar por nuestro instinto y que nos lleve a descubrir los sitios más auténticos de Cracovia. Si preferimos conocer otro emplazamiento curioso con mucha historia, podemos realizar una visita a las minas de sal gema de Wieliczka. Sus enormes salas excavadas en rocas salinas, su lago interior y las esculturas y lámparas esculpidas en sal nos quitarán el aliento en este lugar del subsuelo polaco. Para acceder al punto más bajo deberemos situarnos a una profundidad de 327 metros descendiendo por unos 800 escalones. Estas minas de sal, todavía en activo, son unas de las más antiguas del país. Creadas en el siglo XIII siguen produciendo sal de mesa a día de hoy. Este lugar ha sido catalogado como Patrimonio de la Humanidad y en él se puede conocer la historia de la minería salina y contemplar la maquinaria usada en diferentes épocas.

Después de una tarde a nuestro aire, aún nos queda la oportunidad de elegir si queremos conocer el barrio de Kazimierz y gozar de una exquisita cena en un restaurante local donde podremos escuchar, en vivo y en directo, un concierto de Música Judía Tradicional que nos trasladará a directamente a otra época.

Día 6: Cracovia – Katowice – Zaragoza. Un día para las despedidas

Después de nuestro último desayuno local nos queda un último cartucho para quemar antes de abandonar definitivamente Polonia. Si todavía tenemos alguna compra pendiente, o nos falta algún detalle para llevar a alguien importante a nuestra vuelta, en Cracovia tendremos la oportunidad de adquirirlo. Un lugar ideal para hacernos con algo auténtico es el Mercado de los Paños. Aunque ya conocemos el exterior de este edificio, si nos adentramos en él podremos comprar algunos de los suvenires más característicos del país. El ámbar, los artículos de madera o cristal, o los productos de porcelana son los elementos más adquiridos en Polonia. Si nos dirigimos a la arteria principal de la ciudad, la calle Florianska, podremos completar nuestras compras de último minuto.

No debemos llegar tarde al lugar indicado para partir hacia el aeropuerto. En Katowice debemos tener preparada nuestra documentación para acceder al avión que nos llevará de vuelta a casa. Todo lo vivido en este asombroso país lo llevamos en nuestra memoria, han sido unos días inolvidables que nos han enseñado mucho de una sociedad que ha sabido sobreponerse a la peor parte de la historia que le ha tocado vivir. La alegría que desprenden sus calles nos ha enseñado que, aunque no todo se olvida, todo se supera. Hoy sabemos que nuestro recorrido por Polonia ha valido mucho la pena.