Día 2: París — Chambord — Blois — Bodega de vinos de La Touraine — Amboise — Tours. Una ruta de cinco estrellas
Transporte
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Visitas
Visita con degustación a una bodega de referencia en el Valle del Duero
Después de nuestra primera noche en Francia y de un magnífico desayuno, comenzaremos una ruta en la que nos asombrará la belleza de castillos que forman parte de un extraordinario entorno natural: siglos de historia saldrán a nuestro encuentro.
La primera escala será el castillo más famoso de toda la región (y uno de los más destacados en todo el mundo): Chambord. Mandado construir por el rey Francisco I, con una espectacular muralla de dos metros y medio de altura extendida 32 kilómetros en lo que, en origen, era el pabellón de caza real. Una imponente fachada recibe a los visitantes, en una zona boscosa que envuelve este impresionante castillo de 440 habitaciones, cuya construcción encomendó Francisco I a arquitectos italianos (incluso se atribuyen a Leonardo da Vinci algún que otro diseño del increíble interior).
Después de este extraordinario comienzo, la ruta sigue a lo grande con Blois, considerada la zona de entrada a los castillos del Valle del Loira y sede de uno de los castillos más apreciados de la región, construido entre los siglos XIII y XVII y que podremos conocer mejor gracias a un guía local que nos acompañará durante nuestra estancia en tan distinguido interior, original, a su vez, por tener cuatro fachadas de estilos diferentes, por las épocas en las que se edificaron, con magníficos detalles como la gran escalera que Francisco I ordenó construir en el patio central. Un legado de la ‘grandeur’ francesa, que llegó a acoger a diez reinas y siete reyes.
El Valle del Loira es tierra de castillos, pero también de viñedos y bodegas, como podremos comprobar no solo durante los trayectos, sino con la parada en Amboise, donde continuaremos este homenaje a los sentidos con la visita a una bodega, donde probaremos sus prestigiosos caldos. También podremos conocer mejor la localidad denominada ‘La Perla de La Touraine’, donde vivió sus últimos días Leonardo da Vinci, del que, en muchos casos, se desconoce su estancia en tierras francesas. Muy cerca, a 25 kilómetros, nos espera otra gran referencia francesa, Tours, donde pasaremos la noche.