Resulta asombrosa la cantidad de enclaves de la geografía croata en los que podemos sumergirnos en la historia del país: desde ruinas romanas hasta impresionantes palacios, pasando por iglesias y basílicas de una belleza sobrecogedora y por ciudades cuyos centros urbanos están plagados de pequeñas joyas arquitectónicas.
De los mil y un encantos que atesora este maravilloso país llamado Croacia, sin duda alguna su arquitectura y su patrimonio histórico son dos de los más importantes. A lo largo y ancho de la nación podemos pasear entre edificios monumentales, vestigios de antiguas civilizaciones, palacios que pertenecieron a grandes personajes y templos asombrosos y cargados de historia. Todos hemos visto alguna vez los preciosos edificios que conforman el casco histórico de Dubrovnik, una de las ciudades más populares y visitadas del país. La Puerta de Pile es la entrada al recinto, que sufrió intensos bombardeos en la Guerra de los Balcanes. El recorrido empieza por la calle más popular de la antigua Ragusa: la Placa, cuyo pavimento de mármol, abrillantado por los millones de pasos de quienes la visitan, es su rasgo más conocido. La Placa lleva hasta la Torre del Reloj con Maro y Baro, los gatos de bronce que dan las campanadas y que conserva, como única pieza original, la gran campana. A lo largo de la calle hay agradables terrazas y todo tipo de tiendas. En el casco antigua están, también, el Palacio barroco del Rector, la iglesia de San Blas, la Catedral de la Asunción y la enorme Fuente circular de Onofrio.
Tal es la belleza y la relevancia histórica del casco antiguo de Dubrovnik, que la UNESCO nombró este conjunto de calles Patrimonio de la Humanidad en 1979, ampliando la declaración a otras zonas en 1994. Pero este no es el único lugar que ostenta esta categoría dentro del territorio croata, también han recibido este honor el núcleo histórico de Trogir, el Palacio de Diocleciano en Split, la Catedral de Santiago de Sibenik, la Basílica de Eufrasio en el centro histórico de Porec, y el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice. De todos ellos, destaca especialmente el casco antiguo de Porec, que conserva la estructura de las ciudades romanas de Decumanus y Cardo Máximo, en cuyo cruce están los edificios más interesantes: los palacios góticos Zuccati, Manzini y Leone, y los barrocos Sincic, Polseni y Vergottini.